Para conformar los jurados se utiliza un padrón previamente sorteado, en el que se garantiza la paridad de género. Quedan excluidos abogados, escribanos, procuradores, docentes de medicina legal, funcionarios de alto rango de los tres poderes del Estado, personas con condenas por delitos dolosos, deudores morosos, quebrados, menores de 18 y mayores de 75 años. A partir de este listado, se sortean los candidatos que luego son seleccionados por el juez, el fiscal y la defensa hasta conformar 12 titulares y suplentes.
Los jurados no permanecen aislados durante el juicio, salvo en el momento de las deliberaciones, cuando deben llegar a un veredicto. La ley santafesina establece que no es necesario que la decisión sea unánime: alcanza con una mayoría agravada de 10 votos sobre 12. Se trata de una carga pública obligatoria y el Estado garantiza la seguridad, el traslado y el alojamiento en caso de que sea necesario.
En esta primera etapa, el juicio por jurados en Santa Fe se aplica únicamente a cuatro delitos: homicidio calificado, abuso sexual seguido de muerte, robo seguido de muerte y enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y el delito organizado. La normativa no contempla aún la ampliación a otras figuras, aunque especialistas reconocen que el debate podría abrirse en el futuro.
