El lago Poopó, el segundo más grande de Bolivia, se secó por completo y la zona se transformó en un desierto árido. El lugar era una fuente de vida para los lugareños, que podrían pescar y cultivar a lo largo de sus orillas, pero ahora los científicos advierten que es improbable que vuelva a llenarse de agua.
Poopó está ubicado en el departamento de Oruro y era el lago más grande después del Tilcara. Las imágenes tomadas en los últimos días muestran sus tierras completamente secas en medio del clima cálido y seco de la zona.
Expertos explicaron que la situación es consecuencia de años de desviación de sus aguas para el cultivo en la zona.
A esto se le suma el aumento de temperatura promedio mundial que se registra en los Andes y que se supera año a año, lo que provoca que aumenten también los niveles de evaporación de las aguas, informó Jorge Molina, investigador de la Universidad Mayor de San Andrés, a Reuters. “Cada año que pasa la situación empeora”, advirtió.
"Ya no es un lago funcional. Un lago que se seca con demasiada frecuencia ya deja de ser funcional para la fauna, la flora y la biodiversidad", agregó Molina al respecto.
La falta de agua en el lago Poopó afectó directamente a los lugareños y las familias decidieron abandonar el lugar ya que “sin agua no hay vida”, sostuvieron los vecinos.