El Banco Central dio inicio ayer al proceso de subastas diarias por u$s60 millones a cuenta del Tesoro, lo que le permitirá al oficialismo contar con una herramienta adicional hasta fines de noviembre, ya que cuenta con u$s9.600 millones disponibles para esta estrategia, siempre y cuando no haya cambios de política. Es decir, la medida se extenderá hasta que finalicen las elecciones presidenciales, considerando que podría llegar a haber una segunda vuelta. Por el momento, el Gobierno espera a ver el impacto de la medida hasta julio para definir si es necesario hacer algún eventual ajuste (o no) en el proceso.
La entidad que dirige Guido Sandleris anticipó que realizará dos subastas diarias por cuenta y orden del Ministerio de Hacienda: la primera a las 12 y la segunda, a las 14:45, en donde las entidades tendrán un lapso de 3 minutos para cargar sus ofertas. De acuerdo con el BCRA, “los participantes podrán expresar su interés con hasta dos posturas cada uno, con un monto mínimo de u$s1 millón cada una por subasta, en incrementos de u$s1 millón y sin máximo”. Además, “las posturas serán adjudicadas con precios múltiples post cierre de la subasta” y “se utilizará un sistema de prorrata en caso de ser necesario”, indicó el organismo. En la primera operación de ayer, el BCRA subastó u$s30 millones a un precio promedio de $41,55. En la segunda colocó otros u$s30 millones, pero a un valor promedio de $41,6538,
En el caso de que el Gobierno quiera interrumpir esta estrategia, deberá avisarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) con al menos 20 días de anticipación. Y en caso de que el tipo de cambio se ubique por debajo de la “zona de no intervención”, los fondos del Tesoro serán vendidos de manera directa al Banco Central y los fondos quedarán depositados allí hasta que las necesidades fiscales requieran lo contrario. Vale recordar que el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, había anunciado en marzo que la medida apunta a cubrir las necesidades en pesos del Gobierno. Pero también le permitirá al oficialismo llevar cierta calma a la plaza cambiaria, en medio de la incertidumbre electoral y de los malos datos de la economía, entre los que se encuentra la aceleración de la inflación.
Soledad Tortarolo, de Allaria Ledesma, destacó que “no es casualidad que el Gobierno venda u$s1.300 millones mensuales”, teniendo en cuenta que “en febrero (mes tranquilo en cuanto a compras de dólares, pero también con poca liquidación de exportadores del agro) el comercio exterior ingresó u$s500 millones” y que “hubo compras de dólares del sector privado por u$s1.700 millones”, lo que implica que hubo una diferencia de u$s1.200 millones. Señaló que “en un mes tranquilo, estas ventas deberían dejar al tipo de cambio estable o levemente apreciado”. No obstante, consideró que “los modelos del FMI subestiman el impacto que tiene una suba del tipo de cambio sobre los precios y la actividad”, hecho que quedó de manifiesto en 2018, cuando estimaron una inflación anual del 32%, mientras que la observada terminó siendo del 47,6%. “Este sesgo es el responsable de que no se pueda optimizar la venta de dólares en los momentos que se acelera la demanda”, precisó.
En tanto, desde una mesa de dinero señalaron que “el tipo de cambio real está operando entre un piso de 115 puntos y un techo de 120; hay que ver aquellos dispuestos a hacer un ´carry trade´ si están dispuestos a convalidar un nivel cerca del piso”. Manifestaron que “es un error subestimar el impacto de un monto chico durante mucho tiempo, ya que lo que se busca es no afectar demasiado al tipo de cambio y al mismo tiempo tener mercadería para cubrir hasta fines de noviembre”. Y agregaron que “el mercado argentino es psicótico: ahora está tranquilo, pero hace una semana todos pedían vender antes. Argentina ahora tiene que obedecer las reglas. Si avisaron que iban a cumplir, hay que ir para este lado”.
Fuente: Ambito.com