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Tercera dosis de vacuna contra el COVID - 19

Quiénes necesitarán refuerzo, según los estudios científicos

09 de agosto de 2021


Los trabajos publicados por especialistas señalan que las personas que han sido trasplantadas o que son inmunocomprometidas por alguna enfermedad deberían ser priorizadas para recibir la tercera dosis. La ministra de Salud Carla Vizzotti no descartó aplicar refuerzos a grupos de riesgo

Científicos y autoridades sanitarias de todo el mundo saben que las vacunas contra el COVID-19 que han sido autorizadas para uso de emergencia brindan alta protección para prevenir complicaciones. Con el paso del tiempo, ahora surgió el debate sobre la posibilidad de dar también una tercera dosis como refuerzo en grupos de personas en los que no se desarrolla una respuesta del sistema inmune tras recibir el esquema. Ya hay diferentes estudios científicos que demuestran que la tercera dosis sería beneficiosa para algunas personas.

Hay países como Israel, Alemania, Reino Unido, Suecia, Tailandia, Chile y Uruguay que ya se decidieron a favor de la tercera dosis en algunos grupos de personas. Las autoridades sanitarias de los Estados Unidos y de Argentina también están evaluando cómo y a quiénes darían la tercera dosis. Sin embargo, algunos expertos señalan que todavía no hay evidencias sólidas de que la tercera dosis sea una opción para aplicar en toda la población de un país. Además, la Organización Mundial de la Salud ha hecho un llamado a la solidaridad y ha pedido una moratoria a los países para que no utilicen dosis como refuerzo en sus territorios cuando solo el 30% de la población mundial ha recibido la primera dosis.

Uno de los grupos para considerar como prioritarios para la tercera dosis serían las personas que han recibido órganos por trasplantes. Uno de los estudios fue publicado por la revista especializada Annals of Internal Medicine. Sugirió que la administración de una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 incrementa los niveles de anticuerpos en los receptores de trasplantes de órganos que habían desarrollado una respuesta subóptima a las pautas de vacunación estándares. En ese grupo de pacientes, se suelen indicar medicamentos inmunosupresores para evitar que el cuerpo rechace al nuevo órgano, pero puede aumentar el riesgo de infecciones.

También se hizo otro trabajo que fue publicado en la revista JAMA de la Asociación Médica Estadounidense con 658 pacientes trasplantados que habían completado el esquema de vacunación. Solo el 54% de los que completaron la pauta de inmunización vacunas de ARN mensajero de las empresas Pfizer/BioNTech o de la empresa Moderna desarrollaron anticuerpos que les conferían protección frente al virus.

Dorry Segev, cirujano de trasplantes de la Universidad Johns Hopkins, lideró un trabajo para medir la protección en trasplantados. Con su equipo, analizaron los datos de más de 18.000 receptores de trasplantes de órganos grandes como riñones o pulmones completamente vacunados. Hallaron que 151 de esos pacientes se infectaron. Dentro de los trasplantados que se infectados aunque estaban vacunados, el 50% requirió hospitalización y casi uno de cada 10 falleció. A pesar de que la tasa de infección es realmente baja con un 0,83% en el grupo de trasplantados con vacunación completa, lo cierto es que es 82 veces mayor que la registrada entre la población general vacunada.

La tasa de enfermedad grave fue 485 veces mayor de acuerdo a los datos publicados por Transplantation. Según el doctor Segev, los resultados de su estudio ofrecen una evidencia clínica concluyente de que los receptores de trasplantes están menos protegidos por las vacunas.

También otro estudio reportado en la revista The New England Journal of Medicine sugiere que el 68% de los pacientes receptores de órganos produjeron anticuerpos después de la administración de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, frente al 40% al que se le inoculó la pauta de vacunación estándar (dos dosis).

En este estudio, sus autores como Nassim Kamar del Hospital Universitario de Toulouse, en Francia, escribieron: “Este estudio demostró que la administración de una tercera dosis de la vacuna BNT162b2 a los receptores de trasplantes de órganos sólidos mejoró significativamente la inmunogenicidad de la vacuna, sin que se notificaran casos de Covid-19 en ninguno de los pacientes. Sin embargo, una gran proporción de los pacientes sigue teniendo riesgo de contraer Covid-19. Deben mantenerse las medidas de barrera y fomentar la vacunación de los familiares de estos pacientes”. Es decir, además de la tercera dosis, los trasplantados deberían seguir con los cuidados de prevención como el uso del barbijo y la ventilación, y estar con convivientes que se han vacunado completamente.

También la tercera dosis podría proteger mejor a las personas con enfermedad renal crónica. De 12 pacientes en diálisis que inicialmente no generaron anticuerpos tras dos dosis de la vacuna, la mitad obtuvo una respuesta de anticuerpos tras una inyección adicional, según informaron los investigadores de Francia en un estudio preliminar publicado el 6 de julio. En tanto, el 42%, es decir, 5 de los 12 pacientes con anticuerpos negativos, presentaron anticuerpos tras una tercera vacuna, según informó otro grupo de investigadores el 31 de mayo en Nephrology Dialysis Transplantation.

En la Argentina, desde julio se está llevando a cabo un ensayo para evaluar la protección brindada por la vacunación en pacientes con insuficiencia renal crónica que están en diálisis y que recibieron las dos dosis de la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Instituto Gamaleya de Rusia. El trabajo fue impulsado por la Sociedad Argentina de Nefrología y se desarrolla en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS), que depende de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet.

“En coincidencia con los descripto por otros estudios con otras vacunas las personas con insuficiencia renal en diálisis tuvieron una respuesta menor a la primera dosis de Sputnik. Pero aumentó bastante con la segunda dosis en los resultados preliminares. Estamos analizando los datos aún y en función de los resultados podremos ver si es necesario una tercera dosis para ese grupo de pacientes”, contó a Infobae hoy el doctor Jorge Geffner, investigador superior del Conicet y a cargo de la investigación en el INBIRS.

Más allá de los estudios, la decisión sobre dar la tercera dosis están en estudio. En la Argentina, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, confirmó que el Gobierno Nacional analizará en los próximos días la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19. Si bien el mes de agosto se destinará a completar el esquema con las segundas dosis en la población que ya recibió la primera, Vizzotti señaló que luego de inocular a los adolescentes de entre 12 y 17 años con y sin factores de riesgo, se tratará la posibilidad de aplicar un refuerzo.

“Aún no está definida la indicación de la dosis de refuerzo en la vacunación contra el COVID-19 en Argentina”, dijo hoy a Infobae el Subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación. “Es algo que se está evaluando, pero se requiere de mayor evidencia de cuál es momento oportuno, cuál es población, entre otras preguntas”, afirmó. “También hay que tener muy presente que cualquier indicación en una eventual dosis se refuerzo tiene que contemplar el acceso a las vacunas en el resto de los países. Es un punto muy importante”, agregó Castelli.

La ministra Vizzotti había contextualizado días atrás que “hay países que inocularon con vacunas con una eficacia más baja y que ahora tienen la necesidad de pensar en algún refuerzo donde se ve que siguen teniendo un número importante de casos e internaciones”. Ese escenario no se da en Argentina, pero explicó que en general “las vacunas para enfermedades respiratorias no generan inmunidad para prevenir el 100% de la infección, y tampoco tienen una duración tan larga en el tiempo”.

La funcionaria contó que “pensar las vacunaciones periódicas siempre estuvo en la agenda sobre todo en personas con más riesgo de tener complicaciones o que tienen menos robusto su sistema inmune, como los mayores de 60 años donde el sistema inmune va involucionando. A una población estratégica seguramente haga falta dar un refuerzo”.

En los Estados Unidos, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) empezaron en junio un ensayo clínico en adultos totalmente vacunados para evaluar la seguridad e inmunogenicidad de una dosis de refuerzo de una vacuna diferente. El fin de semana pasado, el principal responsable de la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci, reconoció que cree que la tercera dosis de la vacuna sí se administrará a la población de riesgo “razonablemente pronto”, en medio del debate de si las autoridades deberían o no aprobar una nueva inyección de refuerzo debido al aumento “revolucionario” de nuevos casos en su país.

También se sabe que la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) analiza estudios en busca de determinar rápidamente la conveniencia de una tercera dosis de las vacunas contra el COVID-19 para proteger de forma más eficaz a los pacientes inmunodeprimidos.

La FDA está acelerando los esfuerzos para autorizar dosis adicionales de las vacunas contra el coronavirus administradas en los Estados Unidos -Pfizer BioNTech y Moderna NIH- en pacientes inmunitarios debilitados. Se trata de un cambio que refleja una creciente preocupación de la administración del presidente Joe Biden sobre estas personas que podrían ser más vulnerables a la contagiosa variante Delta, que se propaga por todo el país.

Fuente: INFOBAE/ REUTERS