La fiscal que investiga el hallazgo de restos desmembrados de un cuerpo, detrás del hipódromo de Santa Fe, confirmó que fue víctima de un homicidio. Según explicó la Dra. Ana Gioria, el cadáver, descuartizado y envuelto en bolsas, no ha sido identificado. Según la autopsia, las extremidades fueron seccionadas post mortem. La data de muerte sería de al menos dos semanas. Se trabaja con ADN para identificarlo y esclarecer el caso.
"Estoy absolutamente convencida de que es una muerte violenta", afirmó la funcionaria del MPA. "La sección de las extremidades inferiores fue hecha de tal manera que no arroja duda respecto de que fue algo intencional, humano y post mortem".
Según la magistrada, las evidencias sugieren que el lugar del hallazgo fue un sitio de descarte: "El cuerpo estaba empaquetado en telas y bolsas. Esto nos lleva a pensar que el homicidio ocurrió en otro lugar". Además, el estado de conservación del cadáver sorprendió a los forenses.
"El cuerpo sufrió un proceso llamado corificación (es un proceso natural de conservación cadavérica que se produce cuando un cadáver se encuentra en un ambiente sin oxígeno, como en un ataúd herméticamente sellado. En este proceso, la putrefacción se detiene y los tejidos orgánicos se conservan con una apariencia similar al cuero), lo que permitió que estuviera muy entero. Este fenómeno ocurre en ambientes sin oxígeno y es muy diferente a la putrefacción habitual", explicó.
El torso estaba completo hasta las rodillas, mientras que el cráneo, aunque conservado, no presenta rasgos distintivos que permitan identificarlo. "No hay tatuajes ni marcas visibles, lo que refuerza la hipótesis de que los brazos fueron eliminados intencionalmente para dificultar la identificación".
