El diputado nacional del PRO, rosarino, Gabriel Chumpitaz, propuso cerrar el Museo de la ex-Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), declarado Monumento Histórico Nacional.
Según expresó el legislador rosarino muy cercano al gobernador Maximiliano Pullaro, el Museo Sitio de la Memoria que se encuentra en el predio donde funcionó un centro de detención y tortura durante la última dictadura cívico militar “divide a los argentinos, nos impregna de odio y pasado”.
En lugar del centro de Memoria y Derechos Humanos, Chumpitaz pidió montar “un centro de capacitación especializado en emergencias y catástrofes, para entrenar a las FFAA y los Bomberos”.
“¿Sabías que el predio de la ex-Esma ocupa más de 17 hectáreas en una de las zonas más estratégicas de la Ciudad de Buenos Aires? Proponemos que la Legislatura porteña ceda ese espacio a las FFAA y a los Bomberos, con el objetivo de que sea utilizado para la capacitación”, indicó sobre el predio ubicado en el barrio porteño de Núñez.
Para justificar su propuesta, el rosarino señaló que “en lugares como Bahía Blanca, cuando se inundó, las Fuerzas Armadas y los Bomberos fueron fundamentales para rescatar y asistir a los vecinos”.
“Transporte, logística, estrategias, tácticas operacionales, administración de recursos deberían ser algunas de las especialidades”, puntualizó el diputado del PRO.
Actualmente, en el predio funciona un Museo Sitio de Memoria, en donde se realizan visitas guiadas y tareas de investigación y conservación documental de archivos vinculados a la última dictadura militar en Argentina.
En 2023, fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco por ser considerado el centro clandestino de detención más importante que funcionó en Argentina entre 1976 y 1983. Esto quiere decir que la entidad es considerada un sitio de “valor universal excepcional” y está protegida con medidas internacionales para fomentar su preservación y mantenimiento.
Se estima que alrededor de 5.000 personas fueron secuestradas y detenidas ilegalmente en la ESMA durante el golpe de Estado, en donde se aplicaron torturas sistemáticas. Allí también se organizaron los llamados “vuelos de la muerte”, en los cuales los detenidos eran arrojados al mar o al Río de la Plata. Por allí pasaron las Madres de Plaza de Mayo secuestradas en la Iglesia de la Santa Cruz, Rodolfo Walsh y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.