Un puma adulto tiene en vilo a los vecinos de Ostende, muy cerca de Pinamar, desde las primeras horas de este lunes. El felino, que pesa alrededor de 70 kilos, se acomodó en la rama de un pino de 10 metros y desde ahí mira impávido a su alrededor.
Es sabido que los pumas, como todos los felinos, prefieren los sitios a gran altura para vigilar su entorno y sentirse más seguros. Los que no están tranquilos son los vecinos de Ostende, en especial el que vive justo debajo del árbol donde se subió este ejemplar.
Por ahora trabaja personal de la policía, la municipalidad y la Guardia Urbana para mantener al felino vigilado en lo que podría ser la pulseada más extraña de la localidad balnearia bonaerense.
Todavía se espera que aparezca un equipo de especialistas en el manejo de animales salvajes para que contenga, capture y traslade al puma.
Los vecinos creen que el puma puede haber venido de la reserva de Cariló, del bosque de Pinamar o desde la zona de Madariaga, donde hay muchos campos dedicados a la explotación agropecuaria.
La última opción, la más triste, podría ser que el puma haya sido mantenido como mascota por alguien de la misma manera en que una familia mantenía a un ejemplar joven en su casa de Liniers.
En ambos casos los animales sufrieron la separación de su hábitat y será necesario un período de rehabilitación para devolverlos a su medio.
