Toda la furia contenida desde su salida de Boca. Las ganas de volver a sentirse importante adentro de una cancha. La necesidad de demostrar la vigencia de su categoría. Ese combo de Wanchope Ábila explotó apenas dos minutos después de su estreno en Colón. El potente delantero de 32 años quedó mano a mano con Toselli, de los mejores del partido hasta ese momento, lo eludió hacia afuera y luego fue al piso, estiró al máximo su pierna derecha y sacó un milagroso, e ilícito, centro-asistencia para el Pulga Rodríguez. Con esa jugada, el equipo de Falcioni logró tres puntos fundamentales en la defensa del título de la Copa de la Liga y se ubicó a la par de Boca como escolta de Estudiantes en la zona B del torneo.
El centro del ex delantero de Boca fue ilícito porque la pelota había salido del campo de juego pero el asistente Marcelo Bistocco no logró verlo porque la pierna de Ábila le impedía la visión. Y el árbitro Andrés Merlos tampoco advirtió que el balón había salido por completo.
Esa guapeada de Wanchope, fiel a sus estilo batallador, modificó un partido que parecía destinado al 0-0 desde el arranque. Porque tanto al local como al equipo de Falcioni les faltó voracidad para atacar. Central Córdoba marcó territorio en los primeros minutos con la intensidad, profundidad y pegada de Martínez, aunque el zurdo no contó con la sociedad de los puntas Algañaraz y López. Así, el Sabalero fue ganando confianza con la pelota, metros en el campo y espacios, aprovechados por la jerarquía del Pulga Rodríguez como enganche clásico, la velocidad de Farías, la potencia de Beltrán y la distribución de Aliendro.
El ex Boca tuvo su estreno en Colón y asistió al Pulga en el 1-0. Garcés metió el 2-0 y el equipo de Falcioni festejó.
Fuente: Olé