El Ministerio de Salud provincial informó que hoy comienza la campaña de vacunación contra la gripe o Influenza que anualmente, y según establece el calendario nacional, obligatorio y gratuito, se realiza a partir de la llegada del otoño. “La única recomendación es que tiene que tener 14 días de diferencia entre esta vacuna y aquella contra el Covid”, indicó la ministra de Salud Sonia Martorano.
Como sucede en todo el país y conforme establece el Ministerio de Salud de la Nación, se comenzará a vacunar a los trabajadores y trabajadoras de la salud en los propios hospitales, Centros de Atención Primaria de la Salud o Samco en donde trabajan.
Por otra parte, al personal de clínicas y sanatorios privados, a quienes el Estado provincial proveerá las dosis necesarias de vacunas antigripales para su inoculación.
Para el resto de la población objetivo (destinataria) que establece la cartera sanitaria nacional en el calendario de inmunizaciones, la misma comienza el 19 de abril, una semana después.
“Las personas deberán acercarse al hospital, Samco o centro de salud más cercano a su domicilio, siempre y cuando el efector no esté dedicado a la vacunación contra el coronavirus”, explicó Soledad Guerrero, responsable provincial de Inmunizaciones.
Posteriormente, Guerrero explicó que “la vacunación antigripal tiene por objetivo reducir las complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas ocasionadas por la infección por el virus influenza (A y B) en la población de riesgo”.
Como sucede en todo el país, la vacuna antigripal está disponible en forma gratuita para el personal de salud; mayores de 65 años; personas gestantes en cualquier momento del embarazo y puérperas; niñas y niños de 6 a 24 meses; y personas de 2 a 64 años con condiciones de riesgo como: obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
“Dentro de este grupo –precisó Soledad Guerrero– están las personas inmunodeprimidas, por ejemplo quienes tienen VIH, y sus convivientes. Las personas con asma, fibrosis quística; esplenectomizados (a quienes se les extirpó el bazo sanguíneo); y a menores de 18 años que consuman crónicamente ácido acetilsalicílico”.
Fuente: Rosario 3