Kayla Mark, de 21 años, volvía a casa de su trabajo en un restaurante de Little Rock (Arkansas, EE.UU.) cuando descubrió que Loui, su cachorro Goldendoodle de cinco meses, se había pasado el día destrozando su cama y los zócalos.
El enorme desorden se apoderó por completo de la sala de estar de Kayla. "No pasa nada porque entiendo que es un cachorro y esto es lo que pasa. En realidad me sentí decepcionada porque es un perro que se comporta muy bien", aseguró Kayla.
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