El robo ocurrido este sábado por la tarde en la joyería Dissasari, ubicada en la peatonal San Martín al 2500, encendió nuevamente las alarmas entre los comerciantes del centro santafesino. En ese hecho, cuatro personas —tres mujeres y un hombre— ingresaron al local y, mediante un ardid distractivo, sustrajeron siete relojes de marca Casio, Lemon y Mistral. Minutos después, personal de la Brigada Motorizada logró detener a uno de los sospechosos, un joven de 25 años oriundo de Paraná, en cuyo poder se recuperaron tres de los artículos robados.
Sin embargo, el episodio fue solo el punto más visible de una sucesión de delitos que vienen afectando al microcentro. En diálogo con Veo Noticias, Fabiana, una comerciante de la zona, relató que el sábado también se produjeron robos de mochilas con documentación personal y tarjetas de crédito, que luego fueron utilizadas para realizar compras antes de que pudieran ser bloqueadas.
“Estábamos trabajando y veíamos a las motos de la policía que iban y venían. Aparentemente habían robado unas mochilas donde había documentación y con esas tarjetas de crédito compraron en un montón de comercios. Aprovecharon el momento en que las tarjetas aún no estaban denunciadas”, explicó Fabiana.
La comerciante también señaló que los hechos de inseguridad no son aislados. “Hace unos días, una madrugada le robaron a la zapatería que está entre San Martín y Primera Junta. Había muchísima policía en la zona, pero igual rompieron los vidrios y se llevaron zapatos. Después los encontraron, pero el daño ya estaba hecho: se pierde el día de trabajo y el estrés dentro del local es otro”, comentó.
Respecto de la presencia policial, Fabiana reconoció que hay patrullajes, aunque irregulares: “He visto movimiento a la mañana temprano, pero a la siesta desaparecen y recién a la tardecita se vuelve a ver a la policía. Tendría que haber un policía por cuadra, como antes, que conozca lo que pasa en la peatonal”.
Entre la preocupación por la inseguridad y la creciente vulnerabilidad social que se percibe en las calles del centro, los comerciantes reclaman medidas concretas. “Hay mucha gente pidiendo o queriendo vender algo, y la situación cada día se vuelve más tensa”, resumió Fabiana, reflejando un malestar que atraviesa a buena parte del comercio santafesino.

