Luego de una extensa y alegre jornada en relación al futuro de la economía del país, el presidente Alberto Fernández publicó una reflexión en su cuenta oficial de Instagram. El mandatario se refirió al acuerdo por la deuda con los bonistas y sostuvo "es un gran alivio en esta situación tan difícil que atravesamos".
A través de un mensaje esperanzador para el país, el presidente hizo hincapié en acortar la brecha social: "Es tiempo de construir una Argentina seria, previsible, solidaria e inclusiva, donde los números cierren".
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Finalmente, redactó un mensaje alentador: "Ahora nos resta demostrar que somos capaces de construir nuestro propio destino, que estamos en condiciones de volver a crecer y de volver a ponernos de pie".
"Termina un día muy largo e intenso para nosotros, pero muy importante y alentador para el país. El acuerdo con los principales acreedores privados para reestructurar parte de nuestra deuda pública es un gran alivio en esta situación tan difícil que atravesamos.
Pero también es un primer paso, fundamental, que da seriedad y previsibilidad a nuestro proyecto. El primero de muchos que debemos dar para construir esa Argentina justa, igualitaria y pujante, una tarea que llevaremos a cabo entre todos.
Este acuerdo también significa que la negociación que comenzará pronto con el Fondo Monetario puede completarse en términos sustentables, sosteniendo los mismos principios y criterios que en la negociación con privados, y en forma coherente e integral.
El Fondo ya ha reconocido que nuestra deuda era insostenible. Ahora resta buscar una solución que no postergue más a quienes sufren y a quienes la pandemia ha puesto en una situación de extrema vulnerabilidad.
A la vez, avanza en el Congreso el proyecto de Ley para ofrecerles estos mismos criterios de canje de la deuda a nuestros acreedores locales. Esto es inédito en la historia reciente y un avance institucional para construir confianza a futuro.
Es tiempo de construir una Argentina seria, previsible, solidaria e inclusiva, donde los números cierren, como dijimos siempre, con la gente adentro. Nadie puede ser feliz viendo a un compatriota que sufre, porque nadie se salva solo.
Es tiempo de construir, también, un mundo con más empatía y sensatez, donde la producción y el trabajo estén por encima del capital especulativo. Donde las necesidades de los más pobres sean atendidas antes que los intereses de quienes están en una situación de mayor privilegio.
En esa tarea tiene mucho para contribuir nuestra región, integrada por pueblos con historias comunes que han sido víctimas de los mismos despojos y las mismas decisiones irresponsables que llevaron a nuestras naciones a la postración.
Ahora nos resta demostrar que somos capaces de construir nuestro propio destino, que estamos en condiciones de volver a crecer y de volver a ponernos de pie.
Ya lo hicimos muchas veces. Hagámoslo una vez más".