Un jubilado de 66 años fue víctima de un violento asalto en su domicilio de barrio Sur durante la noche del lunes, en un episodio que combina la brutalidad delictiva con un giro desconcertante que ya investiga la fiscalía. El hecho ocurrió alrededor de las 21:00 horas en una vivienda ubicada en calle 4 de Enero al 1400.
Según consta en el parte policial, todo comenzó cuando la víctima escuchó el timbre. Al abrir la puerta, fue abordado sorpresivamente por un hombre de tez morena y bien vestido, quien lo apuntó con un arma de fuego y lo empujó violentamente hacia el interior. Inmediatamente, un segundo cómplice ingresó a la vivienda.
Una vez dentro, los delincuentes sometieron al dueño de casa a una pesadilla. Lo arrojaron al suelo, lo maniataron y le cubrieron la cabeza para impedir que los identificara. Mientras le exigían la entrega de dinero, lo golpearon repetidamente en distintas partes del cuerpo.
En el domicilio también se encontraba una joven que lo acompañaba en ese momento. De acuerdo al relato de la víctima, los asaltantes la encerraron en el baño mientras procedían a revisar el dormitorio principal. De allí sustrajeron la suma de 300.000 pesos en efectivo, el teléfono celular de Moroni, las llaves de su camioneta y las de la propia vivienda.
Minutos después de que los ladrones se dieran a la fuga, el jubilado logró desatarse. Al salir del shock inicial, notó dos cosas alarmantes: un gran desorden en su habitación y que la joven ya no estaba en la casa; aparentemente, se había ido con los delincuentes.
La sorpresa mayor llegó poco después, cuando desde su computadora, pudo verificar sus movimientos bancarios y descubrió que se había realizado una transferencia desde sus cuentas a nombre de la mujer. A pesar de la violencia sufrida y el robo, la víctima manifestó a los oficiales su temor a sufrir represalias, expresando que no deseaba radicar la denuncia formalmente.
La fiscal en turno, Dra. Truco, tomó intervención en el caso y ordenó una serie de medidas para esclarecer el hecho, incluyendo la constatación de las lesiones de la víctima, el relevamiento de cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona y la toma de testimonios a vecinos que pudieran aportar datos clave sobre el robo y, fundamentalmente, sobre el rol que jugó la mujer en el suceso.
