Entre todos los rubros afectados por la medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio, los gimnasios son uno de los más afectados. Estos espacios, identificados como focos de infección para que el COVID-19 se propague por estar llenos de sudor, debieron cerrar sus puertas. El panorama futuro se presenta desalentador.
Ante este diagnóstico y oyendo las medidas preventivas para evitar el contagio, estos espacios debieron buscar alternativas para poder sostenerse frente a la crisis que provoca la pandemia.
Para conocer a fondo la problemática que enfrenta este sector, Veo Noticias dialogó con Ernesto Capózzolo, integrante de la Cámara de Gimnasios de Santa Fe, quien brindó detalles y aseguró la que la "situación es insostenible".
Ernesto Capózzolo explicó que el cobro de cuotas de un gimnasio se realiza durante todo el mes, pero desde la segunda quincena de marzo, los locales debieron cerrar, "en principio por decisión propia y posteriormente por decreto de la Municipalidad". Esto provocó un descenso en la facturación del 30 y 40%.
En abril, el panorama se presenta aún más desolador porque deberán mantener cerradas las puertas durante los 30 días del mes: "Finalmente, la facturación cayó un 85% o 90%", aseguró Capózzolo.
Por otra parte, explicó que buscaron alternativas para solventarse, como por ejemplo: brindar rutinas de manera on line o dictar clases a través de redes sociales, pero esta iniciativa es acatada por 20% de las personas que asistían al gimnasio.
Finalmente, Capozzolo detalló que los dueños de gimnasios en Santa Fe, son por lo general, empresas familiares o grupos de socios que "no tienen espalda para hacerle frente a esta crisis". Plantea con incertidumbre el futuro que le depara al sector y afirma que la situación se ha vuelto insostenible.