La ciudad de Coronda vivió un día como hoy, pero de 2007 uno de los peores momentos económicos de su historia. Luego de haber sido casi arrasada por una inusual inundación causada por las lluvias, en solo tres días cayeron entre 400 y 500 milímetros, aquello provocó incluso el aislamiento con el resto de la Provincia y el país.
Si bien el Gobierno provincial dispuso asignar en aquel momento una partida de 200.000 pesos para la Municipalidad, los corondinos consideraron que el aporte era insuficiente y se quejaron de la falta de asistencia y ayuda social.
La cabecera del departamento San Jerónimo no escapó al desastre hídrico que afectó a más de tres millones y medio de hectáreas de esta Provincia y fue un punto de partida para una serie de eventos similares -no tan graves- que comenzaron a padecer de aquí en más sus habitantes.
En aquel momento, las consecuencias fueron aún peores. Las lluvias no sólo provocaron la inundación de todo el distrito, sino que también hicieron colapsar puentes estratégicos -uno de ellos se cayó- para su conexión vial con la Provincia. De esta manera, ocasionaron pérdidas millonarias para todo su aparato productivo e industrial.
Los daños no se midieron solo para los productores frutilleros, también impactaron directamente sobre el comercio y la industria. Todos sintieron la falta de ingreso por las pérdidas de ventas y hasta el desabastecimiento, producto del corte de las rutas.
El Gobierno santafesino, que declaró en estado de emergencia y zona de desastre a la región, impulsó desde el Ministerio de la Producción un censo para evaluar los daños sufridos por cada sector. La iniciativa contó con el apoyo de las entidades intermedias del lugar, especialmente del Centro Comercial de esa ciudad. Posterior a aquella buena intención también hubo polémicas por subsidios que llegaron a personas o empresas que no lo merecían.
Los campos quedaron seriamente afectados por el paso de la masa hídrica y los tiempos para la plantación de la frutilla pusieron en un aprieto a los productores que se quedaron sin recursos.
Coronda estuvo aislada por 15 días, cuando se rehabilitó al tránsito la autopista Brigadier Estanislao López, que conecta a Santa Fe con Rosario. Sin embargo, la ruta 11 permaneció cortada hasta que llegó la instalación de un puente tipo Bailey sobre el arroyo Colastiné, uno de los afectados.
Por eso, las autoridades analizaron la posibilidad de poner en condiciones en un tramo de 10 kilómetros el viejo camino Real, una calzada de piso natural y que no se transitaba, la que se habilitó exclusivamente para el tránsito liviano.
Las lluvias posteriores a aquel evento hicieron rememorar el hecho permanentemente a cada afectado. Hasta hoy el nerviosismo ante cada temporal sigue existiendo. Llegaron obras que aún no se terminaron pero posibilitaron que la ciudad no vuelva a sufrir aquellas consecuencias.
Por los afectados y por que no vuelva a pasar hoy decimos…prohibido olvidar.
