A partir de un convenio firmado entre la Municipalidad de Santo Tomé y el CONICET, en el mes de septiembre se puso en marcha un estudio de vigilancia temprana y activa del mosquito Aedes Aegypti, vector de la enfermedad del Dengue.
La iniciativa consiste en en la colocación de 60 ovitrampas (sensores de detección) distribuidas en distintos puntos de la ciudad, con el objetivo de determinar la variación espacio temporal del mosquito de manera constante y sostenida por el transcurso de 2 años.
Los datos recabados serán procesados por investigadores del CONICET y servirán para generar acciones de prevención del dengue. En tanto, el trabajo en el territorio está a cargo de un equipo de trabajadores municipales capacitados para tal fin.
El director de Medio Ambiente, Norberto Lavatiatta, le explicó a Veo Noticias que "se comenzaron charlas hasta que se logró un acuerdo de trabajo mutuo con el asesoramiento del Conicet. Es un trabajo largo que quedará para la ciudad que se trata de detectar la presencia de larvas de Aedes y ahí trabajar en consecuencia".
"Se trabajará fuerte en el descacharrado y se desmitificará el tema de las fumigaciones, que solamente sirven en el caso positivo para hacer los bloqueos para que no se transmita dentro de la zona. Las fumigaciones masivas no sirven y perjudican al medioambiente, eso le pedimos a la gente que entienda", agregó.
La directora de Gestión Ambienta y Control Alimentario, María Marta Durelli, manifestó que "se va a desarrollar en la ciudad, en 61 puntos, lo que se hace es detectar la colocación de los huevos. Es una alerta temprana, en caso de detectarse es empezar a trabajar con las medidas de prevención para estos casos".