En medio de la nueva suba de los dólares financieros, que ayer superaron los $1.200 en todas las versiones, el Gobierno le sugirió a los bancos que suban la tasa de plazos fijos. El encargado fue Luis Caputo, al explicitar los cambios en la política monetaria que vienen llevando adelante.
El ministro de Economía pasó ese mensaje en el encuentro con del IAEF del martes, donde participaron cerca de 1.000 ejecutivos de finanzas. En su presentación, explicó que está en pleno proceso el traspaso de la liquidez de los bancos desde pasivos remunerados del Banco Central a bonos emitidos por el Tesoro.
“En la última licitación pusimos la tasa de los títulos más alta que la de política monetaria del Banco Central, que en definitiva será casi testimonial”, expresó Caputo. La semana pasada el BCRA definió otra agresiva baja de tasas, desde el 50% al 40% anual, lo que llevó a una fuerte reducción del rendimiento de los plazos fijos que pagan los bancos.
Sin embargo, a las pocas horas, el Tesoro salió a colocar bonos y pago una tasa anual cercana al 48%. La respuesta fue inmediata: los bancos se pasaron masivamente a bonos y suscribieron más de $ 11 billones, con el objetivo de conseguir un rendimiento mayor.
“Los bancos deberían tener como referencia ahora la tasa del Tesoro y ya no la del Central para definir sus políticas”, expresó Caputo.
Fue una forma elegante de sugerir un incremento de las tasas que pagan a los ahorristas, teniendo en cuenta que ahora pueden colocar a niveles más altos al Tesoro. Una mejora de rendimientos en pesos sería fundamental para frenar la presión cambiaria de la última semana.
Los bancos redujeron drásticamente la tasa de plazos fijos la semana pasada, lo que estaría directamente relacionada con la escalada de más del 20% que tuvo el dólar en lo que va de mayo.
La mayoría de las entidades definió tasas del 30% anual (alrededor de 2,5% por mes) o incluso menores. Se trata de niveles que pierden contra la inflación, teniendo en cuenta que el índice de abril fue de 8,8% y el de mayo quedaría cercano al 5%. Pero más preocupante aún para los ahorristas es que también quedaron muy por debajo de la suba del dólar, borrando así parte de las ganancias de los últimos meses.
Considerando que ahora la mayor parte de los fondos líquidos de las entidades terminará invertido en bonos emitidos por el Tesoro, que pagan 48% anual, tranquilamente la tasa de plazos fijos podría volver a niveles de 40%. Esto no ha sucedido aún, pero en la medida que continúe el drenaje de pesos a dólares posiblemente se vaya viendo un ajuste gradual de los rendimientos.
Una parte central del plan económico de emergencia consistió en estos primeros meses del año en licuar los pasivos remunerados del Central. Eso requirió fuerte baja sucesivas de tasas, que quedaron en niveles muy negativos en relación con la inflación.
Semejante política solo es posible con cepo cambiario. Con tasas negativas, las restricciones cambiarias (sobre todo en el caso de las empresas) resulta clave para evitar que se acelere el proceso dolarizador cuando la tasa no es lo suficientemente atractiva para quedarse en moneda local.
Por eso, el propio Caputo reconoció que “no hay fecha” para la liberación del cepo. Lo más complejo es la recomposición de reservas netas, que recién ahora están saliendo de territorio negativo. El ministro de Economía indicó que será clave el acuerdo con el FMI y la posibilidad de recibir fondos frescos del organismo para acelerar el proceso.
Fuente: Infobae