El río Paraná, la principal fuente de agua dulce en la Argentina, registra la mayor bajante en treinta años y existen zonas en las que se puede cruzar caminando, lo que genera serias complicaciones para las exportaciones.
Esta bajante se produjo por las escasas lluvias en la cuenca Paraná-Paraguay, es decir, en el extremo noreste de la Argentina, el sureste de Paraguay y grandes zonas del sur brasileño.
En el último mes, el caudal del río bajó más de un metro: el 6 de marzo la altura del río era de 2,31 metros promedio, y este jueves registraba una altura de 1,05 metros frente a la ciudad santafesina de Rosario.
En el puerto de la ciudad de Corrientes, según pudo constatar la agencia NA, los barcos y veleros quedaron literalemente sobre la arena porque el agua desapareció de toda el área donde se encontraban amarrados.
El jefe de Prefectura Naval Argentina en Rosario, Walter Rosende, explicó a la prensa local que la tendencia aún es de bajante y señaló la situación va a continuar "dependiendo de las condiciones que se presenten en los distintos afluentes de la Cuenca del Plata".
La Entidad Binacional Yacyretá (EBY) comunicó este jueves que los caudales circulantes en el tramo inferior de la cuenca del Paraná aguas arriba de la central hidroeléctrica verificarán un leve decremento durante los próximos días, respecto a lo previsto a inicio de semana.
Por otra parte, las precipitaciones registradas en la cuenca de aporte directo a Yacyretá no implicaron un incremento significativo en el aporte, por lo que no se prevé que la situación mejore al menos la próxima semana.
En tanto, el río registraba este jueves una altura de apenas 0,8 metros frente a la ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos, con lo que se convierte en la tercera bajante histórica, al superar los 0,86 metros que alcanzó en 1989, hace 30 años.
Esta situación comenzó a complicar las pocas operaciones de exportaciones que seguían en pie, al margen de la cuarentena preventiva y obligatoria dispuesta por el Gobierno para contener la pandemia de coronavirus.
La bajante provocó que los buques carguen hasta 7.500 toneladas menos de granos en las terminales portuarias de Rosario, además de ocasionar demoras en el proceso de exportación y en la llegada de las barcazas con soja provenientes de Paraguay, según informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
"La altura del río Paraná en el puerto de Rosario ha descendido hasta el metro de altura, nivel que no quiebra hace más de 30 años", dijo la entidad e indicó que por eso "se resiente la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras".