Por segunda vez, los senadores santafesinos cerraron el año sin dar tratamiento a la media sanción de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), aprobada por la Cámara de Diputados. Lo hicieron en 2018 cuando dejaron que el proyecto perdiera estado parlamentario y lo repitieron ahora, dejando sin discusión tanto en las sesiones ordinarias como extraordinarias, dejando en claro cuáles son las prioridades de la Casa Gris que no insistió en pedir que se discuta el proyecto.
Sin embargo, garantizar educación sexual es uno de sus principales argumentos a la hora de oponerse a la interrupción voluntaria del embarazo que por estos días se discute en el Congreso de la Nación. Lo plantean como “alternativa” al aborto legal e incluso como “prevención” de los abortos que se realizan pese a la penalización que aún pesa sobre las mujeres y las personas gestantes.
Así y todo, en Santa Fe no hubo tiempo para el debate de ESI, pero sí para que en las últimas sesiones dos senadores ocuparan largo tiempo para dejar expresada su oposición al proyecto nacional de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en nombre de “Dios”, a quien aludió una y otra vez el senador por San Javier José Baucero, al referirse a una iniciativa que está por completo fuera de su alcance a la hora de legislar. Una posición que dijo "adherir en un todo” su par Joaquín Gramajo. En la ESI, en cambio, aún espera que la saquen de los cajones.
Santa Fe lleva años impulsando una ley provincial que permita terminar con la aplicación dispar que aún tiene la normativa nacional hacia el interior de la provincia y así lo plantean docentes, alumnos, directivos y estudiantes de todos los niveles que insisten en la necesidad de territorializar la educación sexual integral en Santa Fe. De hecho, la Red Provincial por la ESI, que reúne a organizaciones de todos los departamentos, cerró el año presentando a partir de una iniciativa de la Asamblea por la ESI un petitorio con más de 1300 firmas en reclamo de su tratamiento. Un pedido que llegó a a los 19 senadores provinciales pero sobre el cual no hubo eco.
El principal temor es que, como ya sucedió en 2018, la presión de las organizaciones religiosas vuelvan a trabar el tratamiento del proyecto, que tiene media sanción de Diputados, que el Senado esquive el debate y que Santa Fe siga sin ley.
Lo llamativo es que, por estos días, cuando ya se transitan las sesiones extraordinarias en un clima de extrema ebullición, desde el Ejecutivo provincial no se haya impulsado el tratamiento de la iniciativa, cuando este jueves dos senadores se tomaron más diez minutos en el recinto para manifestar su oposición a la ley de IVE.
“No se hacen el tiempo para debatir la ESI, herramienta indispensable para que seamos madres por deseo y que sepamos prevenir embarazos, para que seamos libres de decidir, pero sí para expresarse sobre el aborto legal que está lejos de su competencia reglamentaria, por ser tarea del Congreso de la Nación”, señaló Gisel Mahmud, diputada por el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) e impulsora del segundo proyecto de ESI que logró este año media sanción de los legisladores.
Mahmud no solo apuntó a los casos de abuso y violencia familiar que se registraron a partir de los espacios de ESI en las escuelas, sino que además afirmó que “la aplicación de la educación sexual integral en Rosario, junto a otras herramientas, lograron disminuir los embarazos adolescentes en un 50 por ciento”.
Ni ESI ni aborto legal
Lo cierto es que los mismos senadores que no discutieron la ESI en las sesiones ordinarias y tampoco lo hicieron en las extraordinarias, sí se tomaron su tiempo para rechazar el proyecto de IVE. Plantándose desde el inicio de su alocución “en defensa de las dos vidas”. Baucero aludió a la cercanía de la Navidad e insistió en la “defensa de la vida sobre todas las cosas y sobre todo cuando se discute una ley de aborto, cuando estamos dando la posibilidad de matar a quien no puede defenderse”.
Es más, habló de la ley de IVE comparándolo con “un genocidio o una guerra”, e incluso hizo alusión a la pandemia. “En el covid si somos cuidadosos podemos zafar, puede un niño morir al nacer por una cuestión natural, pero no podemos exponer sobre la libertad para matar a niños inocentes. Porque la vida nace en la concepción misma, no existen 14 semanas ni 16 semanas, nace en el momento cero”, apuntó.
Para el senador por San Javier, la media sanción de diputados no es más que “una cobertura para matar”, y agregó: “Quizá estemos matando el día que mañana a quien sea gobernador, presidente, músico, ingeniero o abogado defensor de derechos humanos”. Y basándose en sus convicciones religiosas, afirmó que “la vida es un milagro de dios” y apeló a las mujeres que “en cierta manera pueden parecerse a dios porque pueden dar vida, pero una vida que después no les pertenece”.
Gramajo, por su parte, adhirió a lo dicho, ratificó “la vida desde la concepción en el seno materno” y señaló que “a partir de ahí el respeto tiene que ser irrestricto”. Apuntó a los Derechos de Niño, retomó el argumento de la “inconstitucionalidad” y apeló que “ojalá dios los ilumine y no la voten”.
Lo llamativo, además de tratarse de un proyecto sobre el que no tienen competencia alguna, es que una y otra vez la educación sexual integral es aludida a la hora de hablar de prevención de embarazos no deseados y abortos clandestinos; sin embargo, en la labor que sí les compete y que amplios sectores reclaman, el debate ni siquiera se da.
El reclamo en firmas
Las 1300 firmas enviadas al Senado fue la única posibilidad de encuentro que las organizaciones que exigen el tratamiento y la aprobación de la ley de ESI tuvieron con legisladores de la Cámara alta. Sin respuesta, ahora el principal temor es que, como en 2018, pierda estado parlamentario.
“Nos sentimos en la misma situación que entonces”, dijo Dolores Covacevich, de la Asamblea Permanente por la ESI, que además insistió en la importancia de contar con “un dictamen y una media sanción de diputados que habla de la de la educación sexual, de la laicidad, de la perspectiva de género y derechos humanos, y de diversidad sexual”.
Para las organizaciones, es fundamental “tener una ESI territorializada y situada” en el escenario provincial. Y en ese sentido desde el FPCyS, la diputada Mahmud que recordó que “en 2018 con la ESI se pudieron detectar 422 casos de abuso sexual y 480 casos de violencia en el entorno familiar”, y agregó: “Los casos relevados a partir del relato de niñas, niños y adolescentes a sus docentes fueron 3 por semana en toda la provincia y en 2019 fueron 493 los casos de abuso y 507 de maltrato y violencia familiar”.
Fuente: La Capital