Precios sostenidos y convalidados
Pese al incremento, la demanda interna continúa sólida. “Lo llamativo —explicó Schiaritti— es que, pese a los aumentos, las ventas no cayeron. La gente sigue comprando. No sé si por recomposición salarial o por acostumbramiento a los precios, pero la demanda se mantiene firme”. Ese comportamiento del consumidor, que absorbe los incrementos sin frenar el consumo, refuerza la tendencia y le da soporte al nuevo nivel de precios.
Mientras tanto, la industria frigorífica enfrenta una situación más compleja. Con costos en alza y tarifas elevadas, el sector opera con márgenes ajustados y comienzan a registrarse demoras en los pagos. Según pudo saber Ámbito tras realizar un sondeo con industriales del sector, hay preocupación ya que “hay plantas que suspendieron personal porque no pueden sostener la estructura”. Los exportadores, por su parte, enfrentan un escenario externo de precios estancados y mayores costos logísticos, lo que erosiona la rentabilidad incluso en un contexto de demanda firme. Los costos son altos y es difícil generar ganancias.
Aun con esas limitaciones, la tendencia alcista en el mercado interno parece consolidada. Los operadores del sector proyectan que, si la oferta no mejora y la demanda interna mantiene su firmeza, el precio de la carne al consumidor podría continuar subiendo en el último bimestre del año, acompañando el incremento del ganado en pie, que ya acumula entre 12 % y 13 % según registros del MAG. Sin embargo, hacia fin de año, el traslado al mostrador podría ubicarse en un rango de entre 15 % y 20 %, en línea con la dinámica habitual entre el mercado de hacienda y los precios minoristas.
Fuente: Ambito


