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Francisco criticó la "virulencia" hacia algunas vacunas contra el coronavirus

"La humanidad tiene una historia de amistad con las vacunas. Desde chicos, a nosotros, con la poliomielitis y otras, nos vacunaron y ninguno decía 'ni mu'", planteó el pontífice durante la conferencia de prensa en el avión que lo trajo de regreso a Roma tras una gira de cuatro días por Budapest y Eslovaquia.

15 de septiembre de 2021


El papa Francisco criticó este miércoles la "virulencia" que hay hacia algunas vacunas contra el coronavirus y condenó que se haya creado "un poco de miedo en la gente" en medio de la actual pandemia que aún preocupa a Gobiernos y sociedades en todo el mundo.

"La humanidad tiene una historia de amistad con las vacunas. Desde chicos, a nosotros, con la poliomielitis y otras, nos vacunaron y ninguno decía 'ni mu'", planteó el pontífice durante la conferencia de prensa en el avión que lo trajo de regreso a Roma tras una gira de cuatro días por Budapest y Eslovaquia.

En ese marco, consultado por las críticas hacia algunos de los fármacos, el Papa cuestionó "la virulencia" de estos mensajes.

"Dicen que algunas vacunas no son aptas, que son poco más que agua destilada, que es un peligro porque te entra el virus en el cuerpo… esto generó un poco de miedo en la gente", argumentó Francisco, reconoció que "también en el colegio de cardenales hay algunos negacionistas", y puso como ejemplo al estadounidense Raymond Burke, antivacunas, que debió ser hospitalizado a inicios de septiembre por un cuadro grave de la enfermedad.

El Papa, de 84 años, completó el ciclo de inmunización en febrero de este año y afirmó que "en el Vaticano, están todos vacunados, menos un un pequeño grupo, que estamos viendo cómo ayudarlos".

Durante el diálogo de media hora con los medios que lo acompañaron a la gira, entre ellos Télam, el Papa planteó además que la Unión Europea (UE) no debe convertirse en una "oficina de gestión" y advirtió por posibles "intereses" fuera del bloque continental que buscan una "colonización ideológica".

"En general, Europa debe retomar los sueños de los padres fundadores de la UE", sostuvo el Papa tras ser consultado sobre los desafíos del bloque luego de su gira de cuatro días a lo que definió en Bratislava como el "corazón de Europa".

"Hay un espíritu en su base, que han soñado los grandes padres fundadores, como (el italiano Alcide) De Gasperi, o (el alemán Robert) Schuman. Hay un peligro de que sea solo una oficina de gestión y esto no va, debe ir a la mística, buscar las raíces de Europa y llevarlas adelante", propuso.

Durante la conferencia de prensa, Francisco retomó otro de los ejes de la gira y volvió a mostrar su rechazo al antisemitismo.

"El antisemitismo es una moda que está resurgiendo. Y es una cosa fea, fea", planteó el Papa, que durante el viaje mantuvo reuniones con las comunidades judías de Hungría y Eslovaquia.

Esta mañana, en su última actividad en Eslovaquia antes de partir a Roma, el Papa había pedido cristianos abiertos al diálogo y a la solidaridad al celebrar la última misa de su gira ante casi 50.000 fieles.

"No se trata de ser hostiles al mundo, sino signos de contradicción en el mundo", planteó el pontífice ante la multitud que participó de la misa celebrada en el santuario de Sastin, a 70 kilómetros de la capital eslovaca Bratislava.

En su homilía, el Papa pidió así "cristianos que saben mostrar con su vida la belleza del Evangelio, que son tejedores de diálogo allí donde las posiciones se endurecen, que hacen resplandecer la vida fraterna allí donde a menudo en la sociedad hay división y hostilidad, que difunden el buen perfume de la acogida y de la solidaridad allí donde los egoísmos personales y colectivos predominan con frecuencia, que protegen y cuidan la vida donde reinan lógicas de muerte".

El pedido de un cristianismo abierto al diálogo y la acogida de inmigrantes fue una constante de la visita del Papa, en medio de las tensiones entre el Vaticano y algunos líderes cristianos conservadores del centro de Europa, como el húngaro Viktor Orban, que se amparan en la religión para justificar sus mensajes xenófobos y homófonos.

La misa de este miércoles, día feriado en Eslovaquia por la denominada "Virgen Dolorosa" a la que está dedicada el santuario, fue la última actividad del pontífice en el país, al que llegó el domingo tras un breve paso por Budapest acompañado por Télam como único medio latinoamericano a bordo del avión papal.

Entre los presentes, Pavol, residente del área de Surian, planteó a Télam su "alegría por ver al papa Francisco en vivo, años después de haber asistido a la celebración de Juan Pablo II en 1995", durante la primera visita del Papa polaco al país.

Iveta, de la región de Bánovce, llegó a las 2 de la mañana, horas después de la apertura de puertas de las 22, y deseó que "todo lo que ha generado el Papa ayude a cambiar algo" en el país.

Con Eslovaquia en las puertas de una nueva ola de coronavirus, la autoridades dispusieron el ingreso solo a personas vacunadas, recuperadas de la Covid-19 o con un test negativo.