Este martes, minutos después del inicio del alto el fuego pactado a las 6:00 (hora local) por el presidente de EE.UU., Donald Trump, las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en el sur de Israel: según fuentes oficiales israelíes, Irán habría lanzado nuevos misiles a la región.
El gobierno de Israel confirmó que sus sistemas defensivos interceptaron los proyectiles y reportó “daños menores, pero no bajas”. Sin embargo, las autoridades del sur (como Be’er Sheva) restauraron rápidamente el estado de alerta, y el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que responderán “con contundencia” al ataque.
Por su parte, Irán niega haber violado el acuerdo y el canciller declaró que sus ataques se realizaron “hasta el último minuto” antes del cese oficial de las hostilidades.
La tregua, anunciada por Trump como el fin —y bautizada la “Guerra de los 12 días”—, había sido aceptada tanto por Israel como por Irán, aunque con condiciones muy frágiles. Pese a esto, en las primeras horas del cese de fuego se reportaron ataques iraníes, interceptados por Israel, y sirenas prendidas en Tel Aviv y el sur del país.
Israel respondió: Katz ordenó nuevos bombardeos “en el corazón de Teherán” y el país ya prepara represalias si se confirma el lanzamiento iraní.
¿Qué sigue?
El alto el fuego pende de un hilo: ambos bandos se acusan mutuamente de incumplimiento, Trump ya advirtió en su red Truth Social que respetar la tregua es imperativo, y tanto Israel como Estados Unidos monitorean posibles nuevas escaladas.
La comunidad internacional observa con tensión: las próximas horas serán decisivas para determinar si este nuevo episodio hunde la frágil tregua o si puede sostenerse.
