Enrique Mammarella celebró el rechazo en el Senado al veto del presidente Javier Milei sobre la Ley de Financiamiento Universitario, pero advirtió que el problema de fondo sigue siendo la ausencia de reglas claras y previsibilidad en la asignación de recursos. El rector de la UNL sostuvo que “hace dos años la universidad funciona sin presupuesto aprobado”, lo que deja en manos del Poder Ejecutivo la decisión discrecional de cómo y dónde se destinan los fondos. “En un país serio lo primero que debe existir es una ley de presupuesto y organismos de control funcionando. Eso es lo que no tenemos”, subrayó. Valoró la votación en la Cámara alta —que con 58 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones ratificó la vigencia de la norma—, calificándola como “una sesión extensa pero enriquecedora”, que permitió escuchar las visiones de distintas fuerzas políticas sobre el rol de la educación superior.
Riesgos para el sistema universitario
Mammarella alertó que el presupuesto proyectado para 2026 prevé destinar apenas 0,5% del PBI a las universidades, por debajo del 0,7% promedio histórico. Según señaló, esa reducción afecta directamente al pago de salarios, la investigación y el funcionamiento cotidiano de las instituciones.
“La universidad no puede depender de decisiones discrecionales. Si no se garantiza un financiamiento adecuado, se empuja a nuestros jóvenes y profesionales a irse. La universidad es futuro, es la base para que podamos tener profesionales, investigadores y emprendedores que resuelvan los problemas de la gente”, expresó.
