En la búsqueda constante de una alimentación más equilibrada y saludable, los frutos secos se han consolidado como un pilar fundamental en las dietas de todo el mundo. Su versatilidad y su increíble densidad nutricional los convierten en el snack perfecto y en un complemento ideal para todo tipo de comidas. Según expertos de la Universidad de Harvard, su consumo regular es clave para la prevención de enfermedades crónicas.
Dentro de este valioso grupo de alimentos, algunos destacan por su elevado contenido de proteínas, un macronutriente esencial para la construcción de músculo, la reparación de tejidos y el correcto funcionamiento del organismo.
El ranking de los más proteicos:
Maní: Aunque técnicamente es una legumbre, se lo agrupa con los frutos secos por sus propiedades. Es el líder indiscutido, aportando aproximadamente 7 gramos de proteína por cada porción de 30 gramos.
Almendras y Pistachos: Ambos comparten el segundo lugar con un aporte de 6 gramos de proteína por cada 30 gramos. Las almendras, además, son una excelente fuente de vitamina E, mientras que los pistachos ofrecen antioxidantes beneficiosos para la salud ocular.
Nueces, Castañas de Cajú y Avellanas: Este grupo completa el podio, ofreciendo alrededor de 4 gramos de proteína por porción. Las nueces son especialmente valoradas por su alto contenido de ácidos grasos omega-3, cruciales para la salud cerebral.
Además de las proteínas, los frutos secos proveen grasas insaturadas (“buenas”), fibra, vitaminas y minerales que contribuyen al control del peso, mejoran la salud del corazón y ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre.
La recomendación de los especialistas es consumir una porción diaria de entre 20 y 30 gramos, el equivalente a un puñado. Para aprovechar al máximo sus beneficios, es fundamental elegirlos en sus versiones naturales o tostadas, sin sal, azúcares ni aceites añadidos.
