Cuatro médicos del área de Medicina Legal de la Unidad Regional I La Capital presentaron este lunes su renuncia a la Policía de Santa Fe, luego de que se dispusiera su traslado desde las oficinas ubicadas en el primer piso de la Comisaría 1ª hacia la Comisaría 8ª, en el barrio Guadalupe. Según manifestaron los profesionales, las condiciones edilicias del nuevo destino no reúnen los requisitos mínimos de salubridad ni de dignidad necesarios para la atención de personas y el correcto ejercicio de la práctica médica.
De acuerdo con lo expresado por los médicos, durante una recorrida por la Comisaría 8ª constataron la ausencia de baños en condiciones higiénicas adecuadas, la falta de una cocina en estado funcional, carencia de aire acondicionado y la inexistencia de espacios apropiados para realizar evaluaciones médico-legales. En ese contexto, consideraron inviable desarrollar su labor profesional sin poner en riesgo la salud de los pacientes y la propia.
Los profesionales que formalizaron su renuncia son Damián Soria, María Fernanda Lemercier, Alejandro Serra y Lucrecia Galizzi. Todos ellos integraban el plantel de Medicina Legal que presta servicios en el ámbito de la Unidad Regional I, dependiente de la Jefatura de Policía de Santa Fe.
Con estas cuatro renuncias, la situación del área quedó sensiblemente comprometida. El plantel original está conformado por diez médicos, incluido el jefe del servicio, el doctor Marozzi. Sin embargo, además de las bajas recientes, otras dos profesionales se encuentran con licencia por maternidad. De este modo, la prestación del servicio quedó reducida a solo cuatro médicos en funciones, lo que representa apenas el 40 por ciento de la dotación original.
La reducción del personal médico genera preocupación en el ámbito policial y judicial, ya que Medicina Legal cumple un rol clave en pericias, certificaciones y evaluaciones requeridas en investigaciones penales. Hasta el momento, no se informó oficialmente si se revisará la decisión de traslado ni qué medidas se adoptarán para garantizar el normal funcionamiento del servicio.
