El director Provincial de Inclusión de Personas con Discapacidad de la Primera Circunscripción, Marcelo Gieco, presentó su renuncia, tras ganar notoriedad pública las versiones que indican que el fin de semana anterior organizó una reunión social en su casa, con amigos y allegados, para celebrar su cumpleaños.
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El encuentro, que vulneró lo dispuesto por el gobierno del cual era funcionario hasta el momento de la presentación de su renuncia –que prohibió hasta el 31 de agosto la realización de encuentros sociales y familiares de cualquier tipo, con excepción de los que pudieran hacerse en bares y restaurantes habilitados-, contó con la participación de una persona que luego fue confirmada como uno de los contagiados con Covid-19. Ahora se aguarda que el gobierno provincial acepte la renuncia de manera formal, como ya lo hizo en su oportunidad con la exdelegada de la Regional III de Educación, Romina Indelman.
Todos los participantes del encuentro convocado por Gieco –cuya concreción ya está fuera de duda, dado las medidas que se adoptaron posteriormente- ahora se encuentran aislados y estarían siendo considerados como «contactos estrechos» de la persona contagiada (que no es el funcionario renunciante, sino uno de sus allegados), por lo cual están cumpliendo con un aislamiento de 14 días, obligatorio e independiente de los resultados de los hisopados que se les practicaron. Como se sabe, un hisopado negativo entre los contactos estrechos de un contagiado no los libera de la obligación de cumplir con la cuarentena, dado que los síntomas o la propia enfermedad pueden aparecer posteriormente, en la ventana de 14 días posteriores al contacto con el paciente contagiado.
Si bien no hubo información oficial referida al tema, las versiones que trascendieron a través de canales extraoficiales -no de las redes sociales solamente- mencionan un festejo que se habría prolongado hasta la madrugada de día siguiente y que incluso habría tenido continuidad con un almuerzo posterior.
Por el contrario, Gieco, al confirmar la presentación de su renuncia, negó la existencia de tal festejo y adujo que sólo hubo personas que pasaron a saludarlo. En declaraciones que efectuó a Radio Rafaela, el funcionario renunciante se quejó por haber sufrido «un injusto embate en las redes sociales, que no solo dañaron a mi persona sino también a todo mi entorno».
Gieco se definió como «una persona sin familia, no tengo padres, no tengo hermanos, ni hijos, comparto mi vida con mis perros y con amigos, que son la familia que elegí para mi vida, quienes, a raíz de mi cumpleaños pasaron por casa a saludarme, sin pensar que tal situación podría generar consecuencias, por la presencia de una persona que días después fue confirmada positiva».
«Lejos estuvo en mi la intención de incumplir las normas. Sin embargo, a pesar de ello, durante estos días he sido víctima de las peores acusaciones. Seguramente cuando pase esta pandemia recordaremos que tal vez lo peor que ella nos dejó, además de las personas fallecidas, es el infierno del señalamiento mezquino a aquellos que cursaron la enfermedad o estuvieron en contacto sin saberlo, con alguien que la cursó, como es mi caso», se justificó.
¿Hubo o no fiesta?
El caso de Gieco trajo a la memoria colectiva el de la exdelegada de la Región III de Educación, Romina Indelman, que se vio obligada a presentar la renuncia tras su participación en una cena que las autoridades municipales calificaron como «fiesta clandestina», en el bar Tres56, lo que motivó también la imputación penal de varias personas, entre ellos los dueños del bar y de la propia Indelman. Fue en ocasión del Día del Amigo y en ese caso existieron videos que mostraron a grupos de asistentes al bar haciendo el baile del trencito mientras como fondo sonaba música de Los Palmeras y un juego de luces iluminaba la escena. Las filmaciones que trascendieron dejaron a Indelman expuesta, aunque luego su gestión fue intensamente defendida por supervisores y docentes que pidieron que el gobernador rechace su dimisión, que el Ministerio de Educación ya había aceptado.
En el supuesto festejo de Gieco no trascendieron videos sino que se viralizaron textos y audios realizados por terceros, con la dinámica propia de estos casos, donde el morbo y el chismerío aportan una buena parte de los condimentos necesarios para la viralización. Sin embargo, las autoridades, aunque en silencio, debieron intervenir y adoptaron medidas que, por lo menos, dan certeza a la existencia de un festejo no permitido.
Oficina de Empleo cerrada
Uno de los asistentes a ese encuentro social –que Gieco resume a un «pasaron por casa a saludarme»- es un personal de la Oficina de Empleo del Municipio. El muchacho está en cuarentena por ser considerado «contacto estrecho» del contagiado, que también asistió al encuentro. Y el propio Gieco se encuentra en la misma situación, ya que estaría cumpliendo esa cuarentena en Santa Fe. Para ser considerados contactos estrechos, una persona debe pasar más de 15 minutos en cercanía menor a dos metros con el contagiado, sin haber llevado tapabocas y sin mantener distanciamiento social.
Respecto a la situación de la Oficina de Empleo, que depende de la Secretaría de Producción, CASTELLANOS consultó el jueves al propio responsable del área, Diego Peiretti, quien confirmó el aislamiento preventivo del empleado. Pero luego se supo que desde hoy la oficina permanecerá cerrada por un par de días, de manera preventiva y para proceder a la desinfección –procedimiento similar al realizado en las cinco plantas industriales que estuvieron cerradas durante martes y miércoles por el caso positivo en una persona que trabaja en una de ellas- , y también se mantendrán aisladas las personas que estuvieron compartiendo su lugar de trabajo con el empleado que es considerado contacto estrecho del contagiado.
En caso de que apareciera algún contagiado en ese grupo, hasta el propio intendente Luis Castellano podría verse en la necesidad de quedar en aislamiento, ya que los funcionarios del área tienen reuniones frecuentes con el titular del Ejecutivo.
El caso Scarpín
Mientras tanto, en la Provincia hay otro caso más grave aún. El intendente de Avellaneda, Dionisio Scarpín, quien fue visto envuelto en la bandera argentina marchando por las calles en el banderazo del lunes, compartiendo mates con personas de riesgo y con el barbijo colocado sólo hasta el mentón, fue hisopado un día después por presentar síntomas de la enfermedad y dio positivo a Covid-19. Eso significa que en el período de 48 horas previas al hisopado, y con su participación en la marcha contra el gobierno nacional, puso en peligro a terceras personas, que ahora deberían ser identificadas y aisladas preventivamente. Scarpín no renunció al cargo.
También en Rafaela hubo un banderazo el lunes 17, el mismo día en que se conoció el primer caso del nuevo brote de Coronavirus en la ciudad. Y participaron algunos concejales de la oposición. Sin embargo, éstos lo hicieron manteniendo distanciamiento social y utilizando el barbijo correspondiente, como la gran mayoría de los que se manifestaron.
Fuente: Diario Castellanos