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Semana bajo cero: especialistas advierten qué cuidados tener con la calefacción

Recomiendan solo utilizar artefactos aprobados y antes de encenderlos, mejor controlarlos con un gasista. El color de la llama, un factor clave: siempre debe ser azul

28 de junio de 2021


La llegada de las bajas temperaturas, de días y noches helados, hace encender cualquier aparato que prometa ser un buen productor de calor. Aunque, en ocasiones, no sea la mejor elección para combatir el frío. Todos los inviernos las noticias de intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono son frecuentes, el año pasado fallecieron por lo menos tres personas, por eso desde las entidades que nuclean a gasistas y desde la empresa proveedora del servicio de insistieron sobre la necesidad de utilizar artefactos adecuados y revisar correctamente las instalaciones antes de encender las estufas.

“La llama de gas siempre tiene que ser azul”, subraya Jorge Cribb, gasista matriculado, director de la escuela de Educación Técnica N°454, donde se forman los matriculados, y referente de la Asociación Profesionales Gasistas Sanitaristas. Si el encendido del aparato no exhibe una llama tan azul como el mar, algo puede estar fallando. “Cuando se ven destellos amarillos o naranja, significa que se está produciendo una mala combustión y el artefacto está produciendo una cantidad de monóxido de carbono por encima de lo calculado”, explica.

El monóxido de carbono es una sustancia tóxica altamente peligrosa ya que no es detectable a través de los sentidos. Pero ingresa al cuerpo a través de la respiración y puede provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, desmayos e incluso desencadenar consecuencias fatales.

Desde Litoral Gas lanzaron este invierno la campaña #NosCuidamosJuntos. Para que la calefacción de los hogares no se convierta en un problema, recomiendan no obstruir las rejillas de ventilación que, por normas nacionales, deben existir en los ambientes y asegurarse que los conductos y chimeneas para evacuación de gases estén libres y bien conectados; estar atentos a la aparición de manchas negras en paredes o cielorrasos cercanos, síntoma de mal funcionamiento de los aparatos, y controlar que la llama de gas sea siempre azul.

Para el gerente de Relaciones Institucionales de la proveedora de gas, José María González, el punto más importante es “realizar una inspección anual de las instalaciones por parte de un gasista matriculado. Nosotros hablamos de una vez al año, pero hay que tener especial cuidado cuando se alquila una propiedad o se compra” para revisar no sólo las instalaciones internas sino también el gabinete de medición.

“Si prendés una estufa y notas mal la llama o tenés dudas, apagala y llamá al gasista”, resume el referente de la empresa.

Los sí y los no

Cribb recuerda que los artefactos para calefaccionar el hogar deben estar “sí o sí” aprobados por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargás) o el Instituto del Gas Argentino. “Sólo de esta forma estamos seguros de que los aparatos están debidamente evaluados y aprobados”, remarca.

Este requisito lo cumplen diferentes tipos de estufas o pantallas a gas que se consiguen en el mercado y son aptas para acondicionar viviendas y espacios de trabajo.

Las hornallas de la cocina, el horno, artefactos de fabricación caseras, o artefactos modificados (como por ejemplo las salamandras a leña) no pasan estas pruebas. “La cocina no sirve para calefaccionar, no está hecha para esa función, produce muchísimo monóxido de carbono y además, el uso continuo o con la puerta del horno abierta daña el aparato”, explica.

Las pantallas de gas, en cambio, siempre que estén homologadas y cuenten con válvulas de seguridad son aptas para aportar calor en espacios cerrados. Eso sí: su instalación debe ser realizada por profesionales y de acuerdo a las normas. “No se permiten extensiones del tendido de gas con caños de cobre o aluminio de más de 50 centímetros porque pueden provocar fallas en los aparatos”, señala.

Tampoco la modificación de estos aparatos para su uso con garrafas o con gas natural.

En departamentos monoambientes, en los espacios cercanos a los dormitorios o en el baño sólo se pueden colocar estufas de tiro balanceado, apropiadas para lugares cerrados y pequeños.

En los edificios electrodependientes o que permanecen con el gas cortado, por ordenanza municipal, no se pueden emplear artefactos alimentados por gas de garrafa o a leña para dar pelea al frío. "Todos implican un riesgo, tanto para el que los usa, como para los vecinos", resume Cribb y recuerda la explosión generada en un coqueto departamento de Puerto Norte hace unos años.

Fuente: La Capital