El mate, como ritual social y costumbre arraigada en nuestra cultura, no es ajeno a las innovaciones. En el último tiempo, una nueva tendencia ha comenzado a ganar popularidad entre los materos: agregarle coco rallado a la yerba. Lejos de ser un simple capricho, esta práctica ofrece una interesante combinación de sabor y beneficios nutricionales.
El principal atractivo es, sin dudas, el cambio en el sabor. El coco rallado le aporta a la infusión un toque exótico y un dulzor natural que suaviza el característico amargor de la yerba, convirtiéndose en una alternativa ideal para quienes buscan evitar el azúcar o los edulcorantes. El resultado es un mate más equilibrado, con un perfil aromático más complejo y tropical.
Pero más allá del gusto, sumar coco al mate trae consigo varias ventajas para la salud. Este fruto es una fuente de grasas saludables, conocidas como triglicéridos de cadena media, que se metabolizan rápidamente y proporcionan energía de forma sostenida. Además, es rico en fibra, lo que favorece la digestión y ayuda a regular el tránsito intestinal.
Entre los beneficios nutricionales también se destaca su aporte de minerales esenciales como el potasio y el magnesio, claves para el correcto funcionamiento muscular y el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Asimismo, el coco contiene compuestos con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que, combinados con los de la yerba mate, pueden potenciar un efecto protector para el organismo.
Para sumarse a esta tendencia, la preparación es sencilla: basta con espolvorear una cucharadita de coco rallado (preferentemente sin azúcar añadida) sobre la yerba antes de comenzar a cebar. Así, esta nueva costumbre demuestra la versatilidad de la infusión nacional, que se adapta a nuevos gustos y necesidades sin perder su esencia.

