Martín Arce estaba dirigendo un partido de la quinta división entre Los Canarios y Don Salvador en la vecina ciudad de Santo Tomé cuando la expulsión de un jugador de Los Canarios derivó en una gran protesta de sus compañeros. “De repente me encuentro en medio de un tumulto del cual no puedo salir hasta que siento golpes de puño en mi cabeza, en mi nuca y en la espalda”, explicó el joven en diálogo con Radio Sol.
Además, Arce lamentó la reacción de los padres presentes quienes incentivaron la agresión. “Dentro de lo que yo pude ver, los padres estaban arengando esto con frases como ‘dale que vos sos menor, no te pueden tocar’. La verdad que duele un montón escuchar eso”.
Y agregó: “Esto se está haciendo moneda corriente y uno se replantea muchas cosas. No ganamos plata con esto, lo hacemos porque nos gusta. Estamos pidiendo a gritos que se termine la violencia en el fútbol”.