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Efectos de la cuarentena sobre la subjetividad de los niños

08 de mayo de 2020


El mundo entero se encuentra transitando momentos de incertidumbres, de aislamiento, y de distanciamiento social. Nuestras rutinas diarias, nuestras vidas, nuestros tiempos, nuestros espacios se han visto irrumpidos y modificados en cuestión de días. El virus Covid 19 avanzó silenciosamente y estructuró otra lógica sobre nuestra cotidianidad.
Lo invisible vuelto enemigo, el aislamiento y distanciamiento social, el otro como posible fuente de contagio, los tiempos de espera lógicos y no cronológicos, el encierro como modo de prevención.
Lxs niñxs, probablemente sean la población que más vivencien este rotundo cambio en la rutina de sus vidas. Si bien puede parecer que son los que mejor se adaptan a los cambios, atraviesan angustias e incertidumbres difíciles de canalizar.
El encierro, los cambios en la rutina diaria, el cambio de la escuela tradicional presencial por una de tipo virtual, la disminución de la actividad física y del juego al aire libre, la situación económica de las familias que se agudizan, el distanciamiento de sus familiares y amigos (la dificultad de sostener presencialmente los vínculos de tipo exogámicos), la suspensión de las actividades extra escolares o el reemplazo de ellas por tareas virtuales, la sobre información que circula por los medios de comunicación, generan efectos sobre la subjetividad de ellxs, sobre sus emociones, el modo de tramitarlas y expresarlas.
Pueden observarse cambios frecuentes de humor, alteraciones en el sueño, pesadillas, aumento de miedos, mayor irritabilidad, impulsividad en sus conductas y demostrar menor tolerancia a la frustración.

Esta conjunción de factores y situaciones, no son sencillas de procesar para un/a niñx. En esta etapa de la vida, aún no se cuenta con los recursos simbólicos necesarios que puedan operar psicológicamente para arribar a una comprensión global de lo que nos acontece.
● QUE LA PALABRA CIRCULE.
En la convivencia diaria sería oportuno habilitar espacios donde la palabra circule. No solo la de los niños, sino también la de los adultos. Afrontamos una situación inédita, también nosotros nos quedamos sin respuestas, emerge la duda, la espera, la angustia, la ansiedad. No contamos con todas las respuestas, la pandemia vino a ponerlo en evidencia ..“No sé”.. es una forma de responder. En este momento las respuestas se irán construyendo a medida que el tiempo transcurra.
Preguntarles cómo se sienten, si tienen miedo, si algo les preocupa, qué entienden de lo que está pasando o si quieren preguntar algo, podría ser una práctica habitual. La idea es que lxs niñxs puedan identificar emociones, nombrarlas, hablar sobre ellas.
Expresar no solo puede realizarse desde la palabra, otros lenguajes son posibles. El arte, la expresión corporal, el lenguaje musical. Realizar dibujos o composiciones artististicas de diferentes tipos, juegos, bailes, rutinas de ejercicios, cantar, o tocar algún instrumento.
En estos diferentes lenguajes se pone en escena algo de lo que aún no puede expresarse plenamente desde la palabra. El juego es por excelencia un recurso que ayuda a procesar y a tramitar lo traumático. En el espacio lúdico se puede escenificar aquello que angustia, (posibilita vivenciar activamente lo que se percibe de manera pasiva).

● LA ENERGÍA EN LAS PANTALLAS
El aislamiento social viene a poner restricciones sobre el movimiento, sobre los desplazamientos libres. “Estar en movimiento” es parte del crecimiento y desarrollo de los/las niñxs. Este último tiempo la energía se direcciona hacia los dispositivos digitales, ya sea para mantener el vínculo pedagógico con la escuela, para realizar actividades extra escolares, para comunicarse con los pares o para distraerse. Acontece una hiperconexión con los dispositivos digitales, el intercambio cotidiano sucede a través de pantallas. La energía que el movimiento pone en descarga, se concentra y retoma otras vías. Es por eso que pueden observarse cambios frecuentes en los estados de ánimo, y algunas conductas pueden parecer explosivas. Es importante que lo tecnológico funcione como herramienta durante el aislamiento, pero no que reemplace las formas cotidianas de vinculación anteriores a la Pandemia.

● HOY, TODO NO PUEDO...
Para algunos medios de comunicación, parecería que la cuarentena es un momento para producir, que deberíamos “aprovechar” el tiempo para sentirnos productivos y evitar la angustia.
Lo cierto es que en la mayoría de los hogares el tiempo se reparte entre las actividades diarias, el trabajo y las tareas escolares. Reconocer el propio límite, asumir que no todos los días siento el mismo estado de ánimo para acompañar con las tareas escolares, aliviará la presión y el posible sentimiento de frustración, no sólo en los adultos sino también en lxs niñxs. Es importante brindarles su propio tiempo y espacio aún dentro de sus hogares.

● ACOMPAÑAR EL REGRESO
Cuando la pandemia pase y paulatinamente retomemos nuestras actividades diarias, tendremos que “acompañar el regreso”, no seremos lxs mismos, estaremos atravesados/as por nuevos temores, por nuevas lógicas, el contacto social será distinto del que conocimos. Tendremos que anticiparnos para alojar la singularidad de cada niñx, cada uno y cada una han atravesado de diferentes modos la cuarentena y el confinamiento operará sobre la subjetividad de ellxs de variadas maneras.
Como adultos, docentes y profesionales, la situación nos convoca a involucrarnos en las construcciones colectivas que puedan suceder. Nos invita a pensar y a tejer posibles redes de contención que anticipen “el regreso” y todo lo que ello implique.

Elina Yosviak

Psicóloga - Mat. 1509