La actividad física regular es un pilar fundamental para la salud, y caminar es la forma más accesible de lograrla. Sin embargo, surge una duda frecuente: ¿es más efectivo realizar una sola caminata larga o distribuir ese esfuerzo en varios paseos cortos a lo largo del día?
Beneficios de las caminatas cortas
Estudios recientes destacan el poder de las “micro-caminatas”. Movimientos breves, de 5 a 10 minutos, realizados varias veces al día, demuestran ser altamente eficaces para combatir los efectos del sedentarismo. Estos paseos cortos son especialmente beneficiosos si se realizan después de las comidas, ya que ayudan a regular los niveles de glucosa (azúcar) en sangre. Esta práctica es una herramienta simple para mejorar la salud metabólica.
Las ventajas del paseo largo
Por otro lado, las caminatas largas y sostenidas, de 30 minutos o más, son la opción clásica para mejorar la resistencia aeróbica y la salud cardiovascular. Este tipo de ejercicio permite una quema de calorías más significativa en una sola sesión. Para quienes buscan cumplir con la recomendación de 150 minutos semanales de actividad moderada, una caminata larga es una estrategia eficiente.
Conclusión: ¿Cuál elegir?
Los expertos coinciden en que no hay una única respuesta correcta. La modalidad ideal depende del objetivo: si se busca controlar el azúcar en sangre y romper el sedentarismo, varias caminatas cortas son ideales. Si el objetivo es la resistencia y el control de peso, un paseo largo es más indicado.
