Lo cierto es que por ahora no habría una preocupación inmediata respecto a una escalada acelerada de los precios de la carne a partir de la sequía y así lo explican desde el Rosgan: “Sin embargo, a pesar de este faltante, los valores pagados por esta hacienda liviana para consumo no parecen reaccionar en consecuencia. Los valores pagados por el novillito o vaquillona liviana en Liniers, si bien parecen mostrar firmeza ante la falta de oferta, apenas acompañan el 3,8% de inflación esperada para el mes, al pasar de $255 a $260 pesos el kilo a máximos corrientes en torno a los $270. Sucede que la debilidad de compra que sigue acusando el consumidor, hace que estos ajustes se tornen muy difíciles de trasladar a los mostradores”.
De todas formas no todo está dicho y el Rosgan advierte “No obstante, la magnitud de la escasez de oferta que termine plasmándose en los próximos meses será determinante al momento trasladar estos ajustes a precios y testear la nueva relación de equilibrio que esté dispuesta a convalidar el consumidor”.
Por lo pronto, en el norte argentino no se esperan lluvias de consideración en el mediano plazo y algo similar sucede con otras regiones ganaderas claves. Es por ello que los pronósticos ya adelantan mayor presióAMBITOn para un sector que viene con inconvenientes varios, en donde a su vez la suba del precio del maíz continúa restando rentabilidad.
Otro dato clave a tener en cuenta es que China, principal comprador de carne vacuna de la Argentina sigue apalancando la demanda mundial y los precios internacionales ya muestran un incremento interanual del 60%. Si bien las exportaciones de los siete cortes de consumo doméstico en Argentina están restringidas, las subas internacionales del producto se convierten también un foco de tensión puertas adentro.
FUENTE: AMBITO