El sistema sanitario encendió las alarmas por el aumento sostenido de casos de tos convulsa —también conocida como coqueluche— en distintas provincias del país.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), los registros de 2025 triplican los del año anterior, con un crecimiento preocupante en Santa Fe, Buenos Aires y la Patagonia.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) confirmó además que varios niños menores de dos años fallecieron a causa de la enfermedad, lo que generó un fuerte llamado de atención en el ámbito sanitario.
Qué es la tos convulsa y cómo se transmite
La tos convulsa es una infección respiratoria aguda causada por la bacteria Bordetella pertussis.
Se propaga con gran facilidad a través de las gotas que se expulsan al toser o estornudar, y afecta principalmente a bebés y niños pequeños que aún no completaron su esquema de vacunación.
Los síntomas suelen comenzar como un resfrío leve (congestión, estornudos, tos), pero evolucionan hacia crisis intensas de tos repetitiva, seguidas de dificultad respiratoria, vómitos o pausas prolongadas para recuperar el aire. En los lactantes, puede causar apneas, neumonía y complicaciones graves que requieren hospitalización.
La baja vacunación, una de las causas del rebrote
Los especialistas coinciden en que el repunte de casos está directamente relacionado con la caída de las coberturas de vacunación.
Durante los últimos años, la aplicación de vacunas del Calendario Nacional —incluida la triple bacteriana (DTPa o DTP)— descendió por debajo del 80% en varios distritos.
Esto deja a los niños sin la protección necesaria y rompe el efecto de inmunidad colectiva que previene la circulación de la bacteria.
Además, la vacunación de embarazadas a partir de la semana 20 de gestación, clave para transmitir defensas al bebé, presenta bajos niveles de cumplimiento.
Cómo prevenir la tos convulsa
El Ministerio de Salud de la Nación y la SAP recomiendan:
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Verificar el esquema de vacunación infantil: dosis a los 2, 4 y 6 meses; refuerzos a los 18 meses y 5 años.
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Vacunar a embarazadas en cada embarazo, desde la semana 20.
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Consultar de inmediato ante tos persistente o vómitos posteriores a la tos, especialmente en bebés.
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Evitar el contacto de lactantes con personas con síntomas respiratorios.
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Mantener buenas prácticas de higiene respiratoria (cubrirse al toser, lavarse las manos).
Llamado a reforzar la prevención
Los pediatras advierten que la tos convulsa es una enfermedad prevenible por vacunación, y que el regreso de brotes demuestra la necesidad de retomar los controles de calendario y campañas públicas.

