Zack Brown, de 29 años, de Alberta (Canadá), oyó llantos y gemidos debajo de su cabaña y decidió investigar. Cuando salió al exterior, descubrió a una camada de crías de lobo y decidió que, debido a su presunto abandono, las acogería y cuidaría de ellas.
Con la ayuda de su amigo Colby, hizo una tetina con un guante para alimentarlos. Zack dijo: "Necesitábamos alimentarlos porque llevaban uno o dos días llorando debajo de la cabaña sin que la madre volviera".
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