Un nuevo estudio científico arrojó luz sobre la relación directa entre la alimentación y la salud mental. La investigación detectó que existe una reducción significativa de un nutriente específico en el cerebro de pacientes diagnosticados con trastornos de ansiedad generalizada.
El hallazgo refuerza la importancia de mantener una dieta equilibrada no solo para el bienestar físico, sino también para el equilibrio emocional. Según los especialistas, este descubrimiento abre la puerta a nuevos enfoques terapéuticos que complementen el tratamiento psicológico y psiquiátrico tradicional.
El rol de la química cerebral
El estudio se centró en analizar la presencia de triptófano y su impacto en la neuroquímica. Este aminoácido es fundamental para la producción de serotonina, conocida popularmente como la “hormona de la felicidad”, encargada de regular el estado de ánimo, el sueño y el estrés.
Los resultados mostraron que, ante la carencia de este componente, los mecanismos de regulación de la ansiedad en el cerebro se ven afectados, lo que podría predisponer a las personas a sufrir crisis o mantener niveles elevados de estrés crónico.
Qué alimentos suman al bienestar
Si bien la alimentación por sí sola no reemplaza un tratamiento médico, incorporar ciertos productos a la dieta diaria puede colaborar en la prevención. Entre los alimentos ricos en este nutriente se destacan:
Huevos y lácteos.
Pescados azules (como atún o caballa).
Frutos secos, especialmente nueces y almendras.
Legumbres y cereales integrales.
Es importante recordar que ante síntomas de ansiedad o malestar emocional, lo fundamental es consultar a un profesional de la salud en los centros de atención de Santa Fe o con su médico de cabecera.
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