El caótico cierre de campeonato que tuvo Unión despertó la efervescencia de los hinchas, que se manifestaron en la previa, durante y luego de lo que terminó siendo una catastrófica goleada en contra por 4 a 1 ante Central Córdoba de Santiago del Estero.
«Compren a Mele, traigan jerarquía, terminen obras», «Sphan, basta de mediocridad» fueron los dos mensajes que esgrimían dos banderas que fueron colocadas previo al comienzo del encuentro, lo que ofició como preludio a lo que sería una tarde álgida en el Mundo Unión. Porque la goleada sufrida ante Central Córdoba terminó siendo la gota que rebalsó el vaso en la paciencia de buena parte de los hinchas Tatengues.
El increíble yerro de Marabel apenas comenzado el compromiso, el paupérrimo rendimiento de Agüero y observar que solamente dos jóvenes de la institución como Nardoni y Portillo estuvieron a la altura de las circunstancias en la tarde de este sábado fue un polvorín para los simpatizantes, que luego del 1-4 explotaron.
Un grupo de hinchas se aglomeró en la zona de plateas aguardando la salida de Luis Spahn, el presidente de Unión y principal apuntado por los manifestantes. El pedido era que salga, que ellos tenían derecho a hablarles porque eran socios de la institución. Pero, también, muchos le solicitaron que se vaya. Otro grupo aguardaba frente al portón principal con los mismos reclamos.
Sin embargo, no hubo una voz que contraste con los gritos enfervorizados de los hinchas. El primero en retirarse del club fue el mencionado Spahn junto a parte de la dirigencia: primero, debió constatar que estén las condiciones dadas para no cruzarse con ningún simpatizante, algo que ocurrió.
Luego, tras una extensa ceremonia en el vestuario, fueron los jugadores los que comenzaban a abandonar el club con una imagen muy poco convencional: todos juntos, sin prestar declaraciones a la prensa que solo atinaba a observarlos. Y, finalmente, Gustavo Munúa, con el debido respeto de siempre.