Esta tarde de martes antes de las 17,30, en la zona suroeste de la ciudad de Rosario, policías del Comando Radioeléctrico intentaron identificar a un hombre y a una mujer que se alejaron corriendo ante la presencia policial, fueron perseguidos hasta que subieron a un automóvil VW modelo Golf, e ingresaron a un kiosco, donde finalmente fueron aprehendidos. Pero, dentro del local comercial, hallaron dosis de cocaína, dos armas de guerra, balas, e incautaron otro auto, en este caso un VW modelo Up rojo. Dentro del inmueble atraparon al comerciante que llevaba colocada una tobillera electrónica.
Aprehendidos
Los policías que realizaron el procedimiento de aprehensión, y en la posibilidad cierta que se trata de estupefacientes las bochitas fraccionadas y acondicionadas para venta y consumo, convocaron a los pesquisas de la Policía de Investigaciones PDI, que llegaron y constataron que efectivamente se trataba de cocaína. Las dos armas secuestradas son de guerra: una pistola calibre 9 milímetros y otra calibre 380, las dos estaban cargadas, son de guerra y en buenas condiciones de conservación y de funcionamiento. La mujer aprehendida fue identificada como R. B. A. de 36 años y los dos hombres, D. S. G. de 35 y P. M. V. de 66 -este último llevaba colocada la tobillera electrónica por orden de la justicia-. El procedimiento finalmente fue trasladado a la sede la PDI microtráfico para el alojamiento de los tres aprehendidos.
Delitos imputados
Informaron la novedad sobre la ocurrencia del procedimiento de persecución, y aprehensión de las tres personas a las Jefaturas de la Unidad Regional II Rosario y de la Policía de investigaciones PDI, ambas de la Policía de Santa Fe, y éstos hicieron lo propio con el fiscal de Flagrancia en turno del Ministerio Público de la Acusación, que ordenó que las tres personas aprehendidas, la mujer y los dos hombres, siguieran privadas de su libertad, que sean identificadas, y que se les forme causa como presuntos infractores de la ley de desfederalización del narcotráfico en Santa Fe N° 14.239, y además por la tenencia indebida de arma y de munición de guerra y -en el caso del hombre de la tobillera electrónica - por la violación del beneficio del arresto domiciliario.
