El gobierno italiano decretó una serie de restricciones en todo el país -al que dividió en zonas de acuerdo la gravedad de la epidemia- apuntando a disminuir la cantidad de casos de coronavirus, donde la cifra de muertos asciende a 148. Entre ellas figuran desde el cierre de las escuelas hasta la imposición a las personas a guardar una distancia de un metro entre sí.
La periodista santafesina radicada en Milán, Virginia Priano, manutuvo una comunicación con Veo Noticias edición mediodía en la que dio cuenta de la situación que atraviesa el país y relató que pese a ser un horario laboral, en el que se podía ver movimiento en la calle, el transporte público como el metro, tranvías y colectivos no circulaban demasiado ya que desde hace dos semanas la gente trabajaba desde sus hogares, sobre todo "con esta nueva medida de haber cerrado los colegios hasta el 15 de marzo, donde se va a evaluar qué pasa a partir de esa fecha, en la que se determinará si alcanza a todo el país, ya que el norte de Italia es el más afectado por este virus".
Además, explicó que "no veo tanto que la gente tenga pánico, pero lo que se nota es bastante cansancio, hace ya unos 15 de este encierro, entonces llega un punto en el que se ve eso. También depende del lugar en el que uno habla, el farmacéutico, la persona en el bar, se ve mucho en el movimiento. Es una ciudad pequeña pero con mucho movimiento y se ven los café o restaurantes prácticamente vacíos y con carteles que indican que debés estar a más de un metro de otra persona. Son cosas que hacen que la vida haya cambiado".
En cuanto a lo que piensan los ciudadanos del sistema de salud italiano sobre estas medidas, la periodista explicó que "hay diferentes opiniones, muchos son nacionalistas y defienden, y que Italia tienen tantos casos porque es el primer país donde comenzaron las medidas y empezaron a alertarlos. Los casos comenzaron en un hospital que está ubicado en una zona donde la gente está en cuarentena y no puede salir".
Asimismo, indicó que "están preocupados por la economía, porque es una ciudad que vive de grandes empresas, del turismo y grandes ferias, que están todas frenadas".
La santafesina contó que su vida se modificó completamente, ya que dejó de hacer casi todas sus actividades: "estoy casi todo el día en mi casa, trato de salir poco. La vida sigue, vas al supermercado y no hay desabastecimiento, pero a la noche no salís porque en la calle no hay nadie y eso da miedo".
